Trabajo de costurera

Muchas chicas iban de monjas o a servir a Pamplona o Logroño. Su hermana mayor trabajaba con un sastre y ella aprendió a coser pantalones. Se compró una máquina de coser con 16 años y los hacía en casa, y el sastre le pagaba cinco duros por cada pantalón.

secuencias de Carmen Morrás Arbizu